martes, 11 de junio de 2013

Gwin Spencer




Hay artistas prolíficos y otros que nos regalan su arte "o su buen hacer" con cuentagotas, nuestra protagonista de hoy habría que incluirla sin lugar a dudas entre estas últimas, solo ha conseguido editar un par de álbumes, uno en 1994 y otro una década después en 2004 siguiendo con esta media quizás el año que viene tengamos suerte  y nos obsequie con una nueva obra o vea la luz algun viejo disco grabado y perdido en la caja de alguna multinacional. Así a bote pronto el nombre de esta guitarrista puede que a muchos no les diga nada, pero su primera banda aunque apenas vendiese discos sí que al menos goza de un status de culto entre bastantes seguidores de rock. Esta banda no era otra que Motherstation
una banda que sólo grabo dos discos, permaneciendo incomprensiblemente el segundo de ellos "Soulistic" inédito y sin publicar. 

Este disco es como un delicioso retorno a los setenta de la mano de los Rolling Stones, Led Zeppelin o Humble pie por citar algunas bandas, pero a la vez goza de un sonido más moderno y con multitud de instrumentos que lo enriquecen, a la vez que su sonido es muy similar en ocasiones para que negarlo a los Black Crowes o a Janis Joplin.
Sin duda los dos elementos más destacados de la banda serían la parte femenina, de un lado la gran voz de Susan Marshall que parece una Janis Joplin sin haber pasado una noche de resaca, y es que una mujer que ha hecho coros y segundas voces en el glorioso retorno de los Lynyrd Skynyrd de 1991, con Eric Clapton, Bob Dylan o Lenny Kravitz no creo que necesite muchas más credenciales. Y por otro lado la verdadera "alma mater" del grupo nuestra protagonista Gwin Spencer el ama y señora de la guitarra eléctrica, acústica, con doce cuerdas, con la técnica del slide, haciendo segundas voces y un blues rock sin fecha de caducidad. Una mujer que toca su instrumento como una diosa y que es la persona que mejor ha definido este disco: "Yo quería hacer un disco que estuviese lleno de rock y de buenas canciones y creo que con BNB lo conseguí". Es increíble que disquillos de segunda fila como el de "4 Non Blondes" tuviesen sus quince minutos de gloria y este pasase de puntillas por el éxito.

El disco se abre con "Put the blame on me" quizás algunos recordéis el clip que si emitieron algunas cadenas por aquellos días, a la postre es su canción más conocida un tema que siempre me ha parecido un cruce perfecto entre los Crowes y los Stones con esos coros finales tan de sus satánicas majestades.
 

A partir de aquí un regreso al mejor rock y blues de los setenta, aires sureños no en vano el disco se grabo en Memphis y parece impregnarse de esa atmósfera, una guitarra punzante, un órgano Hammond B-3 que en manos de Paul Brown suena celestial, unos coros blancos de inspiración negroide. Hay temas como "Black beauty" con un aire poco más comercial, un poco de funk y soul y un estribillo facilón de aires pop como es: "Love me, baby love me" pero ahí sigue estando la guitarra de Gwin, los juegos vocales de Susan, y eso sonido enriquecido por un instrumento tampoco habitual como la flauta harmónica de Lyn Jones. Temas en una línea puro blues onda Janis "In the spirit" o "Show you to way" impresionante sólo de guitarra en esta última. Esa pedazo balada que es "Stranger to my soul". La parquedad instrumental de "Love me" basta la guitarra acústica, el sabio empleo de la slide y una armónica para transportar a uno a algún lugar de ensueño, un tema que te cala como la lluvia fina. Aunque para uno, el mejor tema es el que cierra el disco la impresionante "Heart without a home" con una larga y básica introducción de guitarra, a la que se van sumando el resto de instrumentos comenzando por la voz de Susan, luego el bajo y la percusión, facilitando la entrada de unos violines que terminan por conferirle un cierto tono épico al tema, que llega a su punto culminante con la subida de tono de la vocalista y la tormenta sónica que es capaz de desencadenar Gwin con su guitarra, para llegar a una parte final donde el sonido se relaja con la entrada de nuevo de los violines, rematando la faena con unos últimos versos acompañados de la guitarra acústica.
Hubo que esperar nada menos que diez años para tener continuidad y es que mientras Susan Marshall se dedicaba a publicar discos como "Firefly" o "Little red is honey mouth" que tenían una deriva hacia el jazz con mucho piano y contrabajo por medio y que al menos a mí no me convencen en absoluto. Gwin Spencer volvía en el 2004 con "Addicted to the motion", un disco de rock más básico, donde daba rienda suelta a su buen hacer a la guitarra y su voz aunque no tiene la calidad de su ex compañera cumplía, sin tener la calidad de unos Motherstation, es un disco agradable de escuchar aunque de nuevo en cuanto a ventas fue un fracaso.


Y es que desde la inicial "Addiction to the motion" un tema con una influencia 100% palpable de Jimmy Hendrix, (no es el único ahí está Testify) con la modernidad eso sí de ciertos arreglos electrónicos, Gwin demuestra que nació para tocar Rock ´n´roll y no tenernos en un barbecho tan prolongado.


Un disco que contiene doce canciones, más el "hidden track" por suerte es breve treinta seis segundos que no aportan nada. En cuanto al resto del disco hay once buenas canciones y un pequeño patinazo al final, pero como dirían los Stones " me gusta". "Don´t say it" toda otra demostración de cómo usar el pedal wah wah aunque de nuevo Gwen usa filtros en la voz y casi que me gusta más su voz al natural."What else could I say" es el medio tiempo de tintes pop que queda muy bien. "Black or white" con un toque más blues y la aparición del organo Hammod,"Yesterday & days before" desprende sentimiento un cierto tono pop, no evita la aparición de la punzante guitarra de Gwin y una habil combinación de melodía y fraseos, es sin duda uno de los mejores temas del disco."Killing me" se inicia con la introducción de la guitarra imita a una sirena, hay incluso algún leve acople y un ritmo que sincopado mientras la voz suena más sensual. "I can feel it" ya desde su inicio a través de la guitarra deja claro que es un tema de blues rock, lleno de fuerza y con coros masculinos."Ain´t no sunshine" es un blues lento con toques modernos esos loops que hace Gwin con la voz en "Ain´t no" le dan un encanto especial. "Take a little bit" es otro tema contenido que demuestra que su voz no necesita de tantos arreglos electrónicos como los usados en un buen número de temas del álbum para sonar lo suficientemente bien además aquí esta quizá el mejor solo de guitarra de todo el disco. "Hole in my head" es un tema que suena más oscuro con una caja de ritmos marcando la pauta y la voz bajando el tono y subiendo para crear esa atmosfera siniestra. El disco se cierra con  "Slave"  una balada que es el tema que menos me convence demasiado lineal y repetitiva. En una entrevista tras publicar este álbum la autora aseguraba estaba trabajando en nuevos temas para otro disco pero de eso ya han pasado nueve años y muy poca actividad de este mujer que sólo de vez en cuando deja caer algún comentario en su twitter.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario