lunes, 28 de enero de 2013

Beneath those borrowed skies

Continuando con la saga derivada de Blind Melon, he aquí este "Beneath those borrowed skies" un disco publicado en septiembre del año pasado y que como era de prever ha pasado sin pena ni gloria. ¿Motivos?  a mí entender varios: hay un sector considerable de posible público que no puede ver a este hombre ni en pintura por sustituir a Shannon Hoon, y de otro lado la nula publicidad del álbum, algo corriente en estos tiempos y en este caso quizás aún más agudizado es un disco publicado por un sello pequeño Clarity Way tiene como objetivo apoyar los músicos que han caído en las redes de las drogas y el alcohol, de hecho todas las ganancias van destinadas a estos fines.
El disco contiene once canciones, donde nos vamos a encontrar la voz de Travis sobresaliendo, guitarras acústicas y bastante experimentación sonidos de rock, pero también de electrónica y folk una amalgama de influencias que quizás reste unidad al disco, pero pone de manifiesto que este tipo es capaz de arriesgarse en sonidos nada tópicos. Para uno lo mejor del disco son los cuatro primeros temas, la inicial "From the depths You Have Made"  de deliciosas guitarras acústicas. "Golden lives" el tema más rockero y porque no decirlo que más podría encajar en un nuevo álbum de Blind Melon posiblemente la guitarra de Christopher Thorn tenga que ver bastante en ello. "The crossing" tema que cuenta incluso con video clip. H

"Sweet memories" con ese aire de blues moderno reforzado por la voz femenina como contrapunto. A partir de aquí el disco baja algunos enteros "War toys" es un tema crudo pero muy marcado por la electrónica. Los siguientes temas oscilan entre la experimentación y un aire de corte más "intimista" con el que uno conecta algo menos así desfilan "Leave the light on", "A winters tale"y "Horizons tide". El trío final de temas "Further along", "Bones and time" hasta el cierre con ese canción de espíritu más folk que es "Hand me dowm" recobra más el pulso acústico. No es un disco perfecto pero tiene esencia y unas cuantas canciones remarcables.

Hubiera sido bonito que Travis incluyera alguna de esas versiones acústicas que se marca de grandes bandas y ya por pedir podía haber cerrado el disco con esta.




domingo, 27 de enero de 2013

22-11-63

Vaya por delante que nunca he sido un gran fan del señor Stephen King, supongo que como cualquier hijo de vecina ha sido imposible escapar al aluvión productivo de este caballero y recuerdo haberme leído cuatro o cinco de sus libros, unos me gustaron más y otros menos, pero en ningún caso me volví un adicto a sus constantes entregas literarias. Amén de sus libros luego están las numerosas adaptaciones para la pantalla grande o pequeña, de sus obras: Cujo, Carrie, Misery y un largo etc con lo cuál el bueno de Stephen a sus 65 primaveras está forrado y me imagino que a día de hoy escribe lo que le da la gana y así surgen libros como este que al parecer tenía en mente desde 1972 pero que en aquellas fechas no pudo acometer por tener que trabajar en otros quehaceres siendo la literatura por aquel entonces más un hobby que un "modus vivendi".

 
He de reconocer que me fascina la idea de los viajes en el tiempo, aunque fueran como en esta novela hacía atrás. ¿Quién no ha tenido la fantasía de viajar en el tiempo? Poder arreglar algún desaguisado que ha provocado en su propia vida, o estar en ese lugar deseado en el momento adecuado, poder ver en directo a Elvis, Sinatra o The Doors en su esplendor aunque sólo fuera como espectador pasivo sin ánimos de cambiar el mundo, sólo disfrutar de aquello que por edad no es imposible haber vivido, "seria fantàstic" que decía Serrat, sí esto fuera posible,  ¿porque ya sabéis el efecto mariposa? está ahí.
Y en el fondo Stephen King ha desarrollado esta idea, ¿quién no ha soñado con cambiar el mundo? Pues me imagino que todos. Jugando con la ventaja que desde el presente, conoces el futuro de ese pasado al que viajas. Para el autor su objetivo salvar la vida de JFK,  resetear el pasado y cambiar nuestro futuro con la idea de que hoy tendríamos un mundo mejor aunque eso sólo sea una intuición, no una certeza. Para cualquier lector si tuviera esa oportunidad, se abrirían ante sus ojos posibilidades infinitas desde salvar la vida de un amigo muerto en accidente de tráfico a evitar la muerte de un ídolo en la bañera, quizás ser en definitiva un héroe ventajista.
Una vez reconocido que uno como lector ha empatizado con el argumento, ha sido un libro que ha ido de menos a más, Jake Epping aka George Amberson es ese protagonista que me ha costado identificarme con él, quizás porque la idea de salvar a JFK ni siquiera es suya, si no responde a la petición de ese amigo que lo mete en ese lío. Sin embargo a medida que el libro avanza son 856 páginas nada más y nada menos, acabas al menos admirando la nobleza y sacrificio del protagonista, capaz de convertirse en un asesino para evitar otros asesinatos (menuda paradoja) eso sí, siempre que él tenga la seguridad completa de que las cosas fueron tal y como nos las contaron. Un libro que trata de multitud de temas desde el libre albedrío del protagonista, a ese nostálgico pasado americano de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, cuando el rocanrol nacía con fuerza y el humo de los cigarrillos era una constante incluso en los medios de transporte público, aunque sin obviar tampoco los aspectos negativos de una América bastante racista y llena de prejuicios en cuestiones sexuales, donde la mujer tenía poco que decir en una sociedad todavía demasiado machista. Aunque en el fondo lo que más triunfa en el libro no deja ser una bonita historia de amor, que el autor es capaz de rematar con a mi entender un precioso final.
Un libro que ciertamente me ha encantado y que sin revelar grandes detalles me resulta gracioso destacar un par de detalles, esa discusión de pareja motivada por el "Honky tonk women" de los Stones o la incredulidad más que comprensible por parte de la femenina de que en Estados Unidos haya un presidente afroamericano.
Si alguien lee este libro sobre todo que tenga presente está frase que aparece varias veces a lo largo del mismo: "el pasado es obstinado y no quiere ser cambiado".  
 
 

domingo, 20 de enero de 2013

Mustasch

En mi anterior aventura bloguera, los Mustasch consiguieron incluir uno de sus discos en el top ten de discos del año, concretamente en el top del año 2010, aunque el álbum en cuestión era de finales del 2009, han pasado varios años y he machacado ese disco sin riesgo a exagerar cientos de veces.
Esta banda sueca que debe su nombre a sus héroes musicales ya sean "Tommy Iommi, Freddie Mercury, Frank Zappa o David Byron" todos ellos con un obvio denominador en común  tiene una trayectoria de más de quince años y a día de hoy son para un servidor la mejor banda surgida del norte de Europa. Hasta la publicación de su álbum homónimo habían sido capaces de ir creando una sólida base de temas, en concreto algunas canciones despuntaban a lo grande, impagable ese "Double nature" con video de samurais, las punk songs "Down in black", "Parasite" o "Black city" pero les faltaba un disco sobresaliente de principio a fin y este creánme lo es, de lo mejorcito oído en mucho tiempo, sólo tiene un pero no son la banda más original del mundo, ahí están influencias de Metallica, The Cult o la música stoner pero más allá de eso temas trallazo como ese "Mine" o "Heresy Blasphemy" son para quitarse el sombrero la segunda parte del disco se vuelve más oscura y a partir de desolate lo temas son quizás menos accesibles pero cargados de una fuerza y oscuridad tremenda, Ralf Gyllenhammar dejó el listón tan alto con este disco que su disco del año pasado "The challenger" me ha parecido correcto pero por debajo de lo que esperaba. Lástima que aquí apenas se los conozca y preste atención eso que muchos se pierden.
La gran noticia es su primera visita a España y encima tocan in my city, no me puedo quejar. A día de hoy que todo está a unos cuantos clics de ratón concedan unos minutos a estos músicos maduros.

Tres ejemplos de sus tres últimas obras:



viernes, 11 de enero de 2013

Vinnie Dombroski

Vinnie Dombroski, es un músico con talento (poco reconocido por cierto) un tipo que por lo físico y lo bueno de su música me recuerda bastante al Perry Farrell de los buenos días (esos que ya por cierto ya quedaron atrás), claro que este hombre nunca tuvo ese aura mítica y una legión de "plumíferos lamiéndole el culo". A pesar de ello la publicación en plena efervescencia grunge. de Rotting Piñata, estuvo a punto de lanzarlos al éxito buen disco con algunas canciones con clara vocación de singles ganadores "Plowed", "Molly (Sixteen candless)" o la propia "Rotten piñata" son tres grandes temas para abrir un álbum y aun a dia de hoy se escucha con agrado.

Pero claro lo mejor estaba por llegar y eso llegaría en 1996 con "Wax Ecstatic" es una obra conceptual maravillosa, doce temas, aunque en la carátula posterior solo aparezcan once canciones, donde se da cabida desde un rock punzante y agresivo "Got to be a bore" a canciones de simpleza extraordinaria solo una guitarra rasgada y la voz de Vinnie "Velveteen", orquestaciones corales, pianos fantasmagóricos, slides guitar que suenan a gloria escuchese sino la majestuosa "The drug queens of Memphis" o trompetas que enriquecen el sonido dándole una vuelta de tuerca a la música "My baby said". Una de los grandes discos de los noventa y que a día de hoy sigue siendo desconocido para muchos seguidores de rock que no guardan prejuicios, una auténtica pena.

Lo malo es que tras esta espléndida obra que no vendió mucho, vino una decadencia innegable y es que después de saborear tan sugestivo cóctel sonoro sus siguientes obras: "New pop sunday", "For all the drugs in the world", "The man" (¿título tributo al gran César Martin?) o "Galore Galore" contienen alguna buena canción pero tienen un sabor bastante insípido a la vez que la banda va perdiendo miembros hasta que llegamos a ese último superviviente o alma mater de la banda Vinnie Dombroski, el año pasado se descolgó con un EP "Destroy the boy" que si bien no llega a la altura de sus obras de las noventa demuestra que este hombre también es capaz de crear canciones pegadizas o himno de poco más de tres minutos destinados a ser coreados en los conciertos que como la canción que da título al disco, sin embargo pasan sin pena ni gloria, una lástima un EP es poco material pero parece que las musas han vuelto en cierta medida a susurrar le a los oídos y perlas como "Star" demuestran que este hombre y Sponge no deberían gozar de tan poco reconocimiento.

viernes, 4 de enero de 2013

One more from the road


One More From The Road, es uno de los mejores discos en directo grabados en los 70´s y eso que hay unas cuantas "opus magna" en esa década tan especial. Fue grabado en el Fox Theatre de Atlanta los días 7, 8 y 9 de Julio de 1976, y tenemos a los Lynyrd Skynyrd en su máximo esplendor demostrando que en directo eran una máquina perfecta, con su incendiario sonido sureño tan próximo al Hard Rock, la carismática voz de Ronnie pasada por el tamiz de litros de alcohol y cientos de cigarrillos, ese triplete de guitarras formado por Allen Collins, Gary Rossington y el entonces recién incorporado Steve Gaines, el sólido y a la vez melódico estilo del bajista Leon Wilkeson, la contundencia del "crazy man" batería Artimus Pyle, el lirismo del pianista Billy Powell y ese punto coral y dulce que suponían los coros femeninos de The Honkettes (Leslie Hawkins, Cassie Gaines y JoJo Billingsley). El repertorio es impecable y aquí están gran parte de sus clásicos, amén de las inmortales e imprescindibles "Sweet home Alabama" y "Free bird", tenemos cañonazos como "Saturday Night Special", "Travellin´Man", "Whiskey Rock-A-Roller", "The Needle And The Spoon", la melancólica "Tuesday´s Gone" de aires Gospel con Billy Powell luciéndose al piano, la bonita “Searching” y las tremendas versiones de "Call Me The Breeze" (J.J. Cale), "T For Texas" (Jimmie Rodgers) y "Crossroads" (Robert Johnson). Lamentablemente este fue el penúltimo canto de cisne de la banda, luego sólo vendría un último disco en estudio "Street Survivors" y el ya por todos conocido accidente que pondría fin a la primera y gloriosa etapa de esta banda.

He aquí uno que piensa que su regreso con 1991 estuvo a la altura de la leyenda y fue incluso mejor de lo esperado, "pedazo disco" pero para mucha gente las ausencias pesaban tanto que nada les supo tan bien como antaño. Volviendo a "One more from the road" la versión de Deluxe supera en todo a la clásica versión en vinilo: se limpiaron las cintas matrices para transferirlas adecuadamente al medio digital, se remezclaron los temas para recrear el sonido real de la banda en vivo, se eliminaron los 'overdubs' de guitarra agregados por Tom Down en la producción, los temas se colocaron en el mismo orden que fueron ejecutados en esos conciertos, se restauraron todos los "edits" (partes cortadas) y lo mejor de todo, se añadieron 10 bonus tracks procedentes de las mismas tres noches, tres de los cuales son completamente inéditos. Y de la presentación gráfica ni hablar (digipack con libreto de 24 páginas). Y en los días que corren puedes hacerte con todo este tesoro por apenas doce euros en la calle Tallers.