jueves, 18 de julio de 2013

Ava Gardner: Una Diosa con pies de barro

Siendo sinceros Ava Gardner nunca fue una de mis actrices favoritas de eso que podríamos llamar  el Hollywood clásico, recuerdo con cariño alguna de sus películas que ví siendo niño como "Venus era mujer", "55 días en Pekin", "La condesa descalza", "Mogambo", "Forajidos", "Terremoto" y mi preferida de ella sería "La hora final" ese relato de tono pesimista sobre el mundo después de una guerra nuclear, donde si me convence plenamente en su papel de Moira, chica madura adicta al alcohol y que necesita a ese Gregory Peck medio trastornado por lo sucedido en ese mundo. Recuerdo haber leído (probablemente en el Popular 1) aquel incidente en Tossa de Mar mientras rodaban "Pandora y el holandés errante" de un Frank Sinatra desplazándose desde Estados Unidos a nuestro país al saber del "affaire de su novia" con un torero "català" Mario Cabré. Motivo que me llevó hace un tiempo a ver la película que me pareció bastante surrealista al mezclar la leyenda del holandés errante condenado a vagar por los mares hasta encontrar una mujer que se sacrifique por él, con nuestro país y los tópicos más cañi o sea los toros, por supuesto el torero, la madre que éste que lee el destino en las cartas y esa Tossa de Mar de 1950 irreconocible hoy en día, reconvertida con todo el sentido en la película en "Esperanza", aunque eso sí los pescadores del principio "parlant en català" cosa que me dejó un tanto extrañado por la censura de la época, no por otra cosa.
El caso es que al final me he podido leer el libro y aunque encuentro que la parte inicial, la dedicada a la infancia y la juventud en la tierra del tabaco se me hizo un tanto cuesta arriba, la cosa con su llegada a Hollywood comienza a mejorar. Su encuentro con Mickey Rooney (el penúltimo superviviente del Hollywood clásico junto a Kirk Douglas) que tendría el honor de llevarla al altar, para luego desvirgarla y confesar que ella era algo único para el sexo: "ahí abajo tenía algo como una pequeña boca caliente" Sexo y golf, podrían resumir a la pareja donde muy pronto la alumna se convirtió en una experta en las artes amatorias. El recorrido por su vida en orden cronológico nos llevará a su segundo matrimonio con un tipo que me parece un pedante de cuidado "Artie  Shaw" un músico que ella admiraba otro matrimonio fracasado, docenas de tipos que pasan por su cama (no recuerdo haber leído nunca un libro de una señora que se llevará a la cama a tanta gente), por supuesto su tercer matrimonio con Frank Sinatra un amor que era imposible por el carácter de ambos pero que da juego para multitud de anécdotas, y conocer detalles de lo cuesta abajo que estaba la carrera de él, cuando la conoció, ahogado en deudas y considerado como un cantante acabado, el pobre Frank confesando que estaba poco menos que abducido por Ava, esa estatua que conservo de ella en su jardín durante más de veinte años, la reconciliación que estuvo a punto de producirse en 1963, pero que Ava abortó en parte porque odiaba la amistad de Frank con el capo de la mafia Sam Giancana. La relación que siempre mantuvieron aunque fuese por teléfono, o ella escuchando en su casa los discos de Frank y hablando con las canciones.  Un libro como este por el que además  de ir recorriendo su carrera cinematográfica, lo que siempre provoca que una acabe rescatando alguna película de esas que andan por casa, en esta ocasión "Forajidos", donde hace de "femme fatale" y está con 23 añitos en el cénit de su belleza, y al menos uno al ver el primer beso que se dan en la película Burt y Ava recuerde, esa anécdota de como Burt Lancaster no pudo disimular lo evidente, se había empalmado tres besar a la chica mala de la película.

Pero el libro ofrece mucho más por el desfilan decenas de personajes míticos, desde Howard Huhghes uno de los pocos hombres con los que Ava no se acostó a pesar de los años y años que el pirado de Howard intento llevársela a la cama y la de veces que le pidió matrimonio además  de emplear todas las estrategias que su retorcida mente era capaz de llevar a la práctica, desde por supuesto mentiras, a carísimos regalos, favores personales con segundas intenciones . Robert Mitchum llevándola a los peores tugurios, John Huston, Ernest Hemingway, Robert Graves, Steward Granger, Clark Gable, el pirado de George C. Scott que la apalizaba. Por supuesto como Ava vivió en España bastantes años tenemos algunas dosis de personajes patrios, mayoritariamente lo mejor de la casa gitanos flamencos y toreros, sí Mario Cabré quedó prendado de ella e incluso llegó a escribirle un buen número de poemas, para ella sólo fue un "affaire" más. La cosa con el padre de ese artista coñazo que es Miguel Bosé fue bastante más seria, pero a pesar del sexo el carácter variable de ella llevó al "maestro" a refugiarse en brazos de una actriz en este caso italiana que daría lugar a esa saga por todos conocida. Y si alguna cosa deja clara el libro amén de la infinidad de sexo que práctico nuestra protagonista, es su creciente alcoholismo y un carácter que podía ir de un extremo a otro en cuestión de segundos. Un libro que pienso no defraudará aunque se repita el tópico de que todos parecen recordarla como la mujer más bella del mundo, cuestión de gustos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario