viernes, 13 de septiembre de 2013

Hora Cero


En los últimos años hemos asistido a un boom de series de televisión que han alcanzado el status de culto. Sin embargo en este 2013 he de confesar que las nuevas series que he seguido me han dejado insatisfecho, ni calidad, ni empatía, un desastre total. El último caso ha sido "Hora Cero" cierto es que antes de ver esos trece episodios de la primera (y última temporada) ya sabía de sus antecedentes, o sea que había sido un fracaso en Estados Unidos y que tras tres episodios la retiraron de la parrilla televisiva ofreciendo los diez restantes episodios en horarios intempestivos durante este verano. Pues bien vista la cosa, es comprensible no hay por donde coger a la serie los actores están nefastos y eso que Anthony Edwards no es mal actor, lo ha demostrado en varias ocasiones sin ir más lejos en "Zodiac", pero es que en HC no transmite nada, en cuanto al resto del reparto principal carisma cero, esa esposa secuestrada e insulsa con más dudas que Patricio estrella, pasando por esos dos ayudantes en la redacción de la revista, el chico parece recién salido de un episodio de Scooby Doo por lo del corte de pelo y algunas de la frases más ridículas y edulcoradas de la serie, en cuanto a la chica pues cara bonita  aportación cero valga la redundancia, en cuanto a la vengativa agente del FBI parece la típica cuota de pantalla para la población afroamericana, y el único que desde mi punto de vista  cumple es el noruego Michael Nyqvist quizás porque el papel de malo siempre es más agradecido, mención aparte merece el niño mudo estilo "Damien"o esa Amy Irving (ex esposa del gran Steven Spielberg) y ganadora de un Oscar que aquí protagoniza el papel más patético de todos, mágico el momento en que está encantadora señora de 60 años alcanza su meta a nueve meses vista. Si el plano actoral es decepcionante, la originalidad  de trama y guión no le va a la zaga. Es como coger una coctelera y echar en su interior toda una sèrie de elementos prestados del cine y la "literatura" de los últimos treinta años, eso sí, después de que los guionistas se dieran a la mescalina. Pongamos unes gotitas de Indy, esos flashbacks de la Alemania nazi en 1938, ese objeto sagrado que todos persiguen (como que el arca y el cáliz ya están muy vistos piensen en otro). Una pizca de "La búsqueda" al menos Anthony Edwards no usa peluquín como el bueno de Nicolas Cage, pero las pistas que siguen son cogidas por los pelos, trozos de puzle que llevan a la siguiente pieza todo ello aderezado con viajes preferentemente a Europa que a los americanos les resulta como mínimo exótica y sino el Ártico. En cuanto a los guionistas desde luego no se puede negar que probablemente se hayan leído algunos de estos libros.
Desde luego no podia faltar el célebre Dan Brown un tipo afortunado, al que tengo que reconocerle que sus libros han mejorado o simplemente es que "Fortaleza digital" es el peor libro que me he leído en mi vida, el no fue ni mucho el primero en usar la Iglesia, las sectas y supuestos misterios y conspiraciones en esto de la novela conspiranoica entorno a tan santa institución, pero allí donde otros con mejores obras gozaron de escaso reconocimiento sin ir más lejos el difunto Thomas Gifford, el bueno de Dan Brown se llevó el gato al agua. Incluso Philipp Vandenverg ese autor alemán que si que tiene gran éxito en su país con estos libros de pseudohistoria y cuyas adaptaciones a la pequeña pantalla por parte del cine alemán suelen ofrecer Antena3 o T5, en esas sobremesas de fin de semana, debe pensar que ese alumno que le robo algunas ideas ha tenido más suerte. Pero si en la serie tenemos pinceladas de estos y otros libros, con "El gen" de Michael Cordy asistimos plenamente a un saqueo "vikingo"de la idea principal.
Así que asistimos a una trama que no tiene ni pies ni cabeza, procuraré no dar muchas pistas o "spoilers" por sí alguien lee esto y se atreve con la serie, pero una buena forma de pasar el rato es vislumbrar los sin sentidos que asolan la serie, como colocar a la mujer precisa en el lugar adecuado sin una bola de cristal se me antoja harto difícil, convertir a Albert Einstein en uno de los doce apóstoles elegidos en 1938 me parece escatológico en las dos aceptaciones de la palabra, esos experimentos de clonación en la Albania de 1968 por parte de unos extranjeros, son como mínimo delirantes para cualquiera que conozca un poco la historia de ese país comunista pero no en ese año si no décadas anteriores y posteriores. Por no hablar del monasterio de Tayikistan (Antigua URSS) u otras sandeces como esa tecnología americana capaz de encontrar a dos personas en París en minutos por reconocimiento facial e incapaz de encontrar a otras personas en un radio de Manzanas, en fin que no hay por donde cogerla, salvo que uno se la tome como un divertimento que al menos en algunos momentos tiene un buen ritmo.
 

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