domingo, 28 de abril de 2013

Into the fire

Hay que reconocer que puede ser algo "demodé" rescatar a estas alturas un disco de alguien tan vilipendiado como Bryan Adams,  aunque este hombre tampoco lo tuvo fácil nunca en ciertos círculos para los heavys un blando, para los gafapastas de la época un heavy de pelo corto como lo llmó la Rock de Luxe en su primera visita a la ciudad en 1988 presentando justamente el disco que nos ocupa, pero siempre defenderé a capa y espada sus años dorados y los grandes discos que nos dejó, los dos primeros apuntaban formas pero la cosa dio un salto cualitativo muy grande con "Cuts like a Knife", después vendrían el universalmente reconocido "Reckless", el que hoy nos ocupa "Into the fire" un excelente disco infravalorado, el maravilloso directo "Live! Live! Live!, e incluso gran parte de "Waking up the neighbours" que siempre me pareció pecaba de dos excesos: la duración y la sobreproducción a lo Def Leppard de Robert Mutt Lange.
De lo que vino después es mejor que guarde silencio o tendré que creer en abducciones extraterrestres, clones defectuosos o aceptar la realidad de una decadencia lamentable, motivo de mofa y con razón (quién no recuerda las burlas de César Martin en el Popular 1, ya no sólo en lo musical sino por el impoluto blanco que lucía la banda en sus peores días sobre el escenario). Gracias a Dios en los últimos años Bryan Adams ha dejado bastante de lado el mundo de la música, al menos en cuanto a lanzamientos y ahora por lo visto es un fotógrafo de cierto renombre, que juega con la ventaja de poder retratar a prácticamente quien quiere, como podemos ver.


Volviendo a los "golden days", después de vender millones de discos con "Reckless" lo fácil hubiera sido intentar imitar la fórmula y seguir las pautas marcadas por ese álbum, pero Adams decidió hacer un disco más introspectivo con  un tono mucho más gris o maduro, que encaja por cierto a la perfección con esa portada de tonalidades grises o con un día de lluvia como el que hoy tenemos al menos en Barcelona. Ahora ya no hay sólo historias de amor chico/chica sino temas digamos de más calado intelectual, hay más pero un par de ejemplos serían "Another day" dedicada  a los parados y desencantados con el sistema o "Native son" dedicada a los indios americanos.





Un disco con diez temas de calidad y variedad, hay temas de rock, medios tiempos y baladas. "In the heat of the night", es el primer tema del álbum y también fue el primer single y el de más éxito, un tema inspirado en parte en un viaje a Berlin en 1986 y en parte en todo ese clásico que es la película "El tercer hombre", un tema de rock que va ganando en intensidad, con un excelente estribillo y guitarras.


"In the heat of the night", la canción que dio título al álbum probablemente porque en palabras del propio Bryan resume la situación en la que se encontraba a la hora de componer el disco: "Tu vida está en la encrucijada, ves como se desliza a través de tus manos", me parece una declaración de honestidad. A pesar de ser lo que podríamos llamar un medio tiempo, no le falta intensidad apoyándose de nuevo en la guitarra y teclados. En directo solía interpretar este tema solo acompañado de una guitarra eléctrica y mantenía el tipo perfectamente.
"Victim of love", primera balada del disco y personalmente la que más me gusta infinitamente superior a esas que facturaría años después con mucho más éxito comercial, una balada con subidas y bajadas de intensidad, los teclados de  Ian Stanley, que solía tocar con Tears for Fears nos llevan a esos momentos suaves, pero el sentimiento que pone en algunas frases el amigo Adams "I don´t wanna lose your love" me hacen creérmelo y ese final con la guitarra como gran estrella llevan el tema mucho más allá. "Another day", es el primer tema eminentemente de rock, aquí las guitarras, teclados y batería crean una canción de esas que levantan el ánimo. Los otros temas que siguen lo que podríamos llamar la senda dejada por "Reckless" son las rockeras "Hearts on fire" y "Only the strong survive". rock cargado de energía, el disco se completa con
"Rebel", es un tema que Bryan Adams y Jim Vallance escribieron en 1985 para Roger Daltrey y su sexto álbum en solitario "Under a raging moon", quiero mucho a Roger Daltrey y es un gran cantante, pero su versión no me convence por dos motivos le falta un punto de feeling que haga suyo el tema y luego la batería que suena de fondo es lo peor de lo peor. Cosa que con la versión de Bryan Adams se solventa quedando otra competente canción sobre un hombre que vuelve a su ciudad natal, tras una adolescencia no ejemplar, otra muestra de unas letras más maduras. "Native son" y "Remembrance day" son otro par de medio tiempos por encima de los seis minutos cada uno, bien construidos especialmente el segundo con unas líneas de bajo que marcan todo el devenir de la canción, la demostración de que este hombre además de rockear era capaz de construir canciones más complejas. El álbum se cierra con otro tema lento "Home again". El fracaso en lo comercial que no en lo artístico, marco probablemente el resto de la carrera de este hombre, se puso en manos de nuevo en manos de Jim Vallance pero está vez acabaron discutiendo sobre la dirección artística del nuevo disco y al final la sociedad se disolvió yendo en busca de un productor capaz de hacerle vender discos como rosquilla,s efectivamente Robert Mutt Lange facturó un buen disco pero con algo de relleno y algunas derivas hacia el pop y eso unido al éxito descomunal de la cancioncilla del "arquero de Sherwood", marcaron un punto de inflexión sin retorno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario