miércoles, 17 de abril de 2013

Black death


Hoy toca hacer una visita al mundo del cine y lo haremos con una cinta poco conocida, pero que a uno le ha sorprendido muy gratamente. Y es que Black Death que en español lleva la coletilla de “Garra negra”,  algo totalmente absurdo, otro sin sentido que lo único que puede conducir es al despiste. Es una película sobre la Edad Media y en pocas ocasiones (exceptuando “El señor de la Guerra” del grandísimo Charlton Heston) una visita a dicho periodo histórico ha retratado tan bien lo que debió ser dicha época, creando una atmósfera muy especial sucia y brutal en unos momentos además que la peste negra campaba a sus anchas.  En su comienzo uno no sabe muy bien porque caminos transitará la película y si está acabará siendo la típica película de acción con batallitas entre caballeros o al final habrá un derroche de efectos especiales para ese probable duelo con las fuerzas del mal que se intuye deben aparecer. Quienes esperen esto desde luego se van a llevar una enorme decepción, acción poquita y FX tres cuartos de lo mismo. Aquí hay una historia que no siendo la más original del mundo: La historia nos sumerge en el año 1348 , en una Edad Media oscura e infectada por la peste negra en la que un grupo de mercenarios y a la vez creyentes bajo las órdenes de la Iglesia se dirigen, guiados por un joven monje, hacia un pueblo en un pantano donde no hay noticias de epidemia y si de nigromancia y magia negra. Si no olvidamos que la peste negra se llevó por delante en muchos países a la mitad de la población, que la gente no sabía por qué moría, que la incultura reinaba en gran parte de la población y tenemos caldo de cultivo para fanatismos religiosos varios.
 
 
Tomando ligeros préstamos de otras películas como la idea del joven monje tentado por la carne “En nombre de la  rosa” o ese ambiente aislado único entre lo pagano, lo erótico y lo onírico tan conseguido que tanto me recuerda a la excelente “The wicker man.

En cuanto a las interpretaciones, pocos peros Sean Bean demuestra que nació para lucir mallas de guerrero, el joven Eddie Redmaynen no desentona, la galería de secundarios cumplen a la perfección, un placer ver de nuevo al viejo David Warner en un pequeño papel y sobre todo Carice Van Houten desprendiendo un erotismo insano ( o simplemente es que me gustan las mujeres de tez pálida) estupenda su frase final que define a la perfección la película "porque la gente necesita  milagros y venera a quienes los hacen". Sin querer destripar la película, simplemente decir que el epilogo no estropea todo lo visto anteriormente, sino que es consecuente con todo lo visto anteriormente y la única duda que nos queda es si el protagonista se encuentra en perfectas condiciones mentales o el sufrimiento le provoca visiones que le hacen tomar decisiones arbitrarias.
 
 

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