El hombre es un animal de costumbres, y una de las que confieso poner en
práctica cada cierto tiempo es rescatar del fondo de un armario viejas revistas
de la adolescencia y echarles una ojeada, releer viejas crónicas de
conciertos y discos y ya de paso bucear en Internet porque en su día era
imposible comprar todo el material que aparecía en las revistas y en cuantas
ocasiones te quedabas con las ganas de escuchar algo. A día de hoy aunque hay
todavía algunos discos reseñados que no he podido encontrar en formato audio,
como mínimo si suele haber alguna referencia que mantiene vivo el recuerdo a la
espera de que en equis tiempo algún fan los cuelgue en la red. Hoy mismo
viendo una de esas revistas de aquella época, no he podido evitar sonreír al
ver las "reviews" de cuatro discos y pensar que uno les hubiera dado
una nota distinta a esos álbumes, pero es que probablemente los propios
críticos de la época si pudieran lo harían. De hecho el único disco que no
tenía lo he podido escuchar a lo largo de este día en un par de ocasiones y no
es mal un disco en absoluto, pero la chica que lo puntuó le dio un 10 (simpatía
por el propio género, me imagino).
En cambio discos fundamentales de los
noventa se quedaron en notas algo bajas. Lo mejor es que os cuelgue la foto y
que cada uno saque sus propias conclusiones.
En cuanto al primer disco la verdad es que aparte de en esta
revista en concreto no recuerdo ninguna otra mención a esta mujer en ningún
lugar, y menos aún haber visto este disco en parte alguna. El caso es que al
parecer la chica Chrissy llamó la atención del guitarra Brian Macleod de un
grupo de cierto éxito en Canadá llamado "Headpins" que sinceramente
tampoco conozco y se decidió a grabar un disco con chica de voz poderosa al
frente, el disco sigue quizás la línea de alguna de aquellas chicas
compatriotas suyas que consiguieron cierto reconocimiento a principios de los
noventa me refiero por ejemplo a Alannah Myles quien tuvo un éxito
notable con "Black velvet" para seguir luego una carrera sin
repercusión alguna. No es un mal disco guitarras potentes en bastantes momentos
"Move over" es el ejemplo más claro de esto, junto a momentos mucho
más orientados al AOR, gracias a Spotify si alguien quiere puede darle una o
varias escuchas. Es el único álbum que grabo esta mujer. Si tuviera que darle
una nota la intercambiaría con la que le dieron a Nirvana un 6.6.
En
cuanto a los otros tres discos son mucho más conocidos y esta claro que el crítico que puntuó a Nirvana
con 6.6 no sabía el efecto que este disco tendría en el mundo del rock en el
transcurso de la década de los noventa un álbum icónico donde los haya, siempre he pensado que
Nirvana eran entre los grandes el grupo más flojo de aquella hornada que salió
de Seattle, pero es que allí abundaba la excelencia y a fin de cuentas no seré yo quien le reste méritos a este documento sonoro disco esencial no sólo de los noventa sino del conjunto de la Historia del
rock. Una nota un 9.
En cuanto al disco de Ratt, he
de confesar que en general aborrezco los recopilatorios suelo considerarlos
adecuados para bandas que no son capaces de facturar más de dos o tres buenos
temas por disco y que cuando llevan un puñado de álbumes editan un disco que es
perfecto para evitar el relleno. ¿ pero quien necesita un recopilatorio de una
gran banda? Otra forma de sacar dinero en base a temas archiconocidos y en
muchas ocasiones con la picaresca de poner un par de canciones inéditas o caras
B para que el fan pase por caja. Aún así Ratt quienes un día pensé estarían a
la altura en calidad de unos Mötley Crüe, fueron bajando el nivel de calidad y
se quedaron en una banda de grandes canciones pero que podían haber llegado más
alto de haber puesto todos sus miembros toda la carne en el asador. Nota aquí
ese 8 me parece más que justo.
En cuanto al cuarto disco aún
siendo muy fan del anterior "Mother´s milk" está claro que esta es la
obra cumbre del cuarteto californiano, en extensión y calidad, no se sí fue la
casa encantada donde llevaron a cabo la grabación, la conjunción de los astros
o que Rick Rubin exprimió las guindillas picantes sacándoles todo su jugo pero
el caso es que otro de esos discos que merece figurar una antología de lo mejor
de los noventa y no sólo por algunas canciones con las que tocaron el cielo
"Under the bridge", "Suck my kiss" o aquel "Give it
away" si no que entre sus surcos hay otros catorce temas con esencia. Nota
9,5.
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