Mi crónica del concierto no creo que difiera demasiado de otros que circulan por la red, tras ver la actual gira de Accept por los escenarios se debe decir que a día de hoy tienen pocos competidores en el terreno del heavy metal, son dos horas de concierto de alta intensidad con cinco componentes perfectos, tremendo Wolf Hoffman a las seis cuerdas y coros, mucho más en segundo plano Herman Frank (que diría estaba algo griposo) él, al igual que "el calvo" lucían sendas Flying V. Peter Yaltes genial a los coros y bajo y Stefan Schawrzman con esa batería de doble bombo conformaban una base rítmica implacable y vencedora, en cuanto a Mark Tornillo estupendo siempre recordaremos con cariño al viejo Udo, pero el sustituto no tiene desperdicio, supongo que no fumarse dos paquetes de tabaco al día ayuda.
Con una sala llena, muchas huestes de aquellos años ochenta en el Palacio de los Deportes no tengo duda asistieron al evento. La única pega para un servidor es el set list y es que "Blind Rage" no es un mal disco le sucede lo que a otras muchas bandas se les va la mano en el minutaje y en querer meter 12 o 13 canciones cuando no más, llevando a la dinámica de que el disco supera la hora de minutaje cuando esos albumes en su conjunto podían quedar mejor en los antiguos 10 temas y el resto pues para algo tan en desuso como las caras B. El caso es que sonaron seis canciones de su última obra y repito me gusta bastante más que las obras que ahora hacen otros comtemporáneos de la banda en los ochenta, pero por otro lado meter medio disco nuevo significa sacrificar temas como "Living for tonite", "Screaming for a love bite" o incluso temas menos apreciados pero que la banda con buen tino había rescatado del olvido en anteriores giras, sin ir más lejos sonaban algunos temas del siempre menospreciado "Russian roulette" caso de "Monsterman" o "Aiming high". Que se hayan caido del set list y su tiempo sea ocupado por algún tema no malo pero claramente inferior como "200 years" es el único pero a un gran concierto lleno de tópicos si ustedes quieren con ese postureo de los guitar heros, ese zizgageo de las guitarras, esos movimientos de molinillo al unisono, incluso ese bonito duelo entre el bajo y la guitarra en "No shelter". Pero reconozcamos que pocas bandas han sido capaces de crear una serie de estribillos y coros que tarareamos como tantos cuando no los cantamos, sonidos muy hard con esos momentos en que la guitarra de Wolf se marca unos punteos neoclásicos inspirados en la música clásica alemana.
Aquí queda el set list es el mismo en toda la gira o sea que esta vez poco riesgo al menos de momento.
Y por supuesto unas fotos de la noche en Razzmatazz.
Y como postre un video de lo mencionado anteriormente estribillos y coros para la historia "Metal heart".
Para cualquier amante del hard rock y que tuviese posibilidades de asistir este era uno de los conciertos más esperados del año. En principio un triple cartel casi perfecto que al final fue simplemente doble los Buffalo Summer desconozco el motivo no hicieron acto de presencia.
Fue un noche mucho más redonda de lo que me imaginaba a Buckcherry con una hora y cuarto les basto para demostrar por que son una de las mejores bandas actuales del hard rock, con sus picos y valles no todos sus álbumes "son igual de redondos" pero sin ir más lejos "Confessions" había vuelto a subir el listón de hecho ya puedo decir que el tema que más disfrute y que me sonó mucho más perfecto que en estudio fue ese demoledor "Gluttony". Pero desde el arranque con su himno imperecedero "Lip ut" el concierto fue una fiesta, Josh se iría despojando de ropa para acabar lucir por supuesto su cuerpo tatuado, pero mientras mantenga la voz y ese saber estar sobre el escenario que más le vamos a pedir, el resto de la banda también excelentes, por allí sonaron temas clásicos como "All night long", "Sorry", "Porno star" o "Crazy bitch" para rematar la faena con una pequeña versión que quizás a alguno le levante ampollas como es "Say fuck it" de las Icona pop tan famoso tema tras el anuncio televisivo de marras es bastante tarareado en mi propia casa por mi propia hija.
Y con el listón alto que habían dejado Buckcherry, pensé que Skid Row lo tenían difícil, pero lo cierto es que la banda tiene un factor a su favor que es clave, dos primeros discos cargados de éxitos o himnos y si saltan al escenario y no me fallan las cuentas caen ocho o nueve de esas canciones poco puede ir mal. Qué Johnny Solinger no es Sebastian Bach es cierto, pero sin ese carisma al menos me pareció un digno currante a otros les parecera un "jodido" impersonator, que con él la banda no ha hecho ningún disco memorable es cierto, pero tampoco Sebastian Bach ha hecho ningún disco que me apasioné en solitario. Después de una travesía de casi veinte años al menos el "United World Rebellion: Chapter One"del año pasado era un EP como mínimo decente volviendo en parte a sus raíces. Así que el espectáculo comenzo con una de las canciones de ese EP "Lets go" para ir dando paso a toda esa serie de himnos que tanto disfrute cuando tenía unos pocos años menos "Big guns" "Makin a mess" "18 & life" "Piece of me", "I remember you" intercaladas con muy pocas novedades un sólo tema de sus discos de los años 2000 en este caso "This is the skin" y otra canción del Ep en este caso "Kings of demolition". El resto clásicos que nunca fallan, por unos minutos se demostraría además quien es el auténtico alma del grupo Rachel Bolan (sin perder de vista la importancia de los dos guitarras originales Dave "The Snake" Sabo y el pequeño orfebre Scotti Hill) se marcaría una contundente versión del "Psycho Terapy" de los Ramones, que había aparecido en aquel mini lp de versiones del grupo llamado B sides ourselves, la verdad que me gusta más la voz de Rachel que la original que en su día puso Taime Downe. Y ya para el final de fiesta trallazo tras trallazo del "Riot act" al "Slave to the grind" pasando por una versión del "Surrender" de los Cheap Trick", un "Monkey Bussines" y rematando la faena la infalible "Youth gone wild". Lástima que no tuviesemos bises hubiera estado bien escuchar un par o tres de temas como "Sweet little sister", o un "Get the fuck out". Buena velada entre la nostalgia y la actualidad.
Como avisaba al final de la anterior entrada ojo al set list de Monster Magnet y es que después de haber cogido la sana costumbre de consultar por donde van a ir los tiros en los conciertos a los que uno puede acudir. Con Monster Magnet, los tres o cuatro últimos conciertos tenían un set list más monolítico que un riff de Tommy Iommi, o sea The last patrol al completo como si de un disco conceptual se tratase y luego dos temas del "Dopes to infinity" y dos de la etapa hard rockera "Powertrip". En Barcelona las cosas transcurrieron casi igual con la excepción de que "Tractor" se cayo de la lista por "Twin earth" poca cosa en definitiva. O sea que al menos algunos de los que acudimos al concierto si sabíamos lo que nos íbamos a encontrar, para mi que era la primera vez que veía a Dave Wyndorf no puedo reprimir un cierto sabor agridulce, porque me encanta Last Patrol y me pareció perfecto que lo recreasen en directo al completo, después de todo pocas bandas con una historia tan larga se atreven hoy en día a hacer algo similar con un disco nuevo, (no pasa lo mismo con uno de esos discos de bandas venidas a menos con algún álbum que tienen veinte o treinta años) de hecho el último caso que me viene a la mente es el de Iron Maiden recreando aquel disco flojo donde los haya que llevaba por título "A Matter of life and death", una perdida de tiempo. Al menos Monster Magnet recrean un disco nuevo que colocaría como su tercer mejor disco después de los dos que todos tenemos en mente. En esa primera y más larga parte del concierto disfrute especialmente la larga y apabullante "Last patrol", la versión de "The three Kingfishers" con un Dave que en ocasiones me recordaba a un narrador de cuentos siniestros, quizás alguien algún día lo reclute cual Vicent Price para alguna película aroma serie B. Ese "Hallelujah" ahora en versión predicador o ese "Mindless one" mi tema favorito de esta su última obra, aunque quizás por mi posición en la sala en algunas ocasiones la voz de Dave apenas era audible, oculta tras la muralla de guitarras y la base rítmica. En cuanto a la segunda parte la de los bises, post Last Patrol a que poco supieron sólo cuatro temas "clásicos" me parece muy poca chicha, tampoco creo que fuera tanto pedir media docena de temas que nos volaran la cabeza, y sobre todo después de que Dave Wyndorf se tirase demasiado tiempo trasteando en la mesa de sonidos y de espaldas al público, cierto que Dave se acerca peligrosamente a los sesenta pero en esta gira no creo que el desgaste vocal sea tan excesivo. Como me gustaba cuando adoptaba esa pose de rock star inclinando el pie de micro y su propio cuerpo para deleitarnos con esas pildoras finales. Lástima que al final se ajustasen tanto al guión. En cuanto a la banda todos me parecieron músicos muy sólidos Phil Caivano me pareció un fantástico guitarra, una base rítmica impresionante con Bob Pantella y un bajista, no se su nombre con unas pintas de tipo tranquilo que me recordaba por su look al John Deacon de los setenta, mientras que a Garrett Sweeny lo vi más en un segundo plano. Esperemos que en la próxima ocasión la banda arrime un poco más el hombro.
Publicado hace apenas diez días, es agradable que todavía queden bandas como Million $ Reload que creen en lo que hacen. Publicar un disco que ellos mismos se han autofinanciado, es darse un gusto a si mismos. Pero además con sólo dos álbumes de estudio lanzarse a la tarea de publicar un doble disco en directo en su edición vinilo, en CD es sólo uno, a imitación de aquellos dobles directos de los setenta y primera mitad de los ochenta, es de valientes. En el 2014 prometen nuevo álbum, aunque aquí no adelantan nada, aunque hay que tener en cuenta que el directo fue grabado en abril de este 2013 en una única actuación en un club de su Irlanda natal. El contenido dieciseis canciones, quince son de sus dos anteriores discos en estudio "Anthems of degeneration" y su fantástico disco del 2012 "A sinner´s Saint" más el plus del tema que cierra el concierto una versión de su paisano Thin Lizzy y su "Cowboy song". El sonido bastante crudo creo que no ha sido demasiado retocado y en cuanto a los temas más destacados, es cuestión de gustos pero a mí de su primera obra siempre me gusto "The last icon" aquel tema dedicado a estrellas del rock muertas" o temas con ese toque AC/DC como " Goodnight New York", y en cuanto a su segundo disco destacan claramente algunas canciones que seguramente merecían mejor suerte "Broken" que en directo termina con una preciosa armonica, así como "Fight the system" o "Bullets in the sky" lo más parecido a un pequeño éxito que ha tenido la banda.
La verdad es que siendo puristas sólo faltan seis meses para que The Who
cumplan la mágica cifra de 50 años de carrera, aunque si contásemos su etapa
como The Detours esa cifra sería mayor y podrían igualar a la banda más mítica los Rolling
Stones, será de todas formas una cifra mágica que un servidor recibirá con un
sabor agridulce, alegría por ese aniversario y la lógica tristeza que empezamos
a tener algunos cuando sabemos que por mucho que se estiré la cosa a las
grandes bandas les va quedando menos mecha, aunque por lo visto en algunos
conciertos de este mismo año, los problemas de oído de Pete Townsend han desaparecido y
aunque la voz de Roger ya no es la misma son 69 añitos, no hay queja sobre el escenario pueden patear a muchas bandes noveles que parecen aburridas de la vida. Además a estas
alturas no tienen nada que demostrar a nadie, con una obra en estudio no demasiado
extensa once discos y unos directos abrasadores cualquiera que ame el rock y se acerque a
la banda difícilmente saldrá decepcionado, cierto es que sus primeros discos tienen una
onda bastante más pop y psicodélica, por tanto menos dura que lo que vendría
después, pero cuarenta y ocho años después ahí siguen estando en sus conciertos
temas tan imprescindibles como: "I can´t explain", "Anyway, anyhow,
anywhere" o ese himno imperecedero que es "My generation" después
de todo ellos fueron la banda que amén de operas rock demostraron que el uso de
sintetizadores no domesticaba en absoluto su fiereza. Normalmente sus discos
más comentados suelen ser de los once en estudio "Who´s next",
"Tommy" o "Quadrophenia" y en directo el mítico "Live
at Leeds" o el directo en la isla de Wight, por variar un poco y por
nostalgia prefiero detenerme en otro poderoso directo mucho menos apreciado: "Live
at the Royal Albert Hall" grabado el 27 de noviembre del año 2000, un
concierto benefico de esos en que las grandes bandas cuentan con eso que se llama
invitados de lujo, esto último va en los gustos de cada uno de nosotros. Pero lo cierto es que si a estas
alturas ya no nos rasgamos las vestiduras cuando los Rolling Stones suben al
escenario a músicos con los que no conectamos, porque se han ganado el derecho
de subir al escenario a quienes ellos quieren, pues The Who igual.
Para deleite mío está Eddie Vedder que en su peor etapa con su banda a nivel
compositivo y no digamos ya escénico al menos cuando salía a tocar los Who lo veíamos acompañado de una banda dinámica y con classe,y qué decir de mi
antaño adorado Bryan Adams que sale airoso de todo un tema nada fácil
"Behind blue eyes", en cuanto al resto de invitados personalmente no
me aportan gran cosa ni Paul Weller, ni Noel Gallagher, ni Kelly Jones pero
tampoco manchan el legado de la banda. El concierto se edito en su día en DVD y
en un Triple CD, que además de contener los 25 temas del concierto contiene un
tercer CD complementario grabado dos años de nuevo el mismo escenario el Royal
Albert Hall, sólo que en esta ocasión un 8 de febrero del 2002, con el lujo de
que ninguna de estas cuatro canciones estaba en el concierto del año 2000
incluyendo una poderosa versión del "Summertime blues" de
Eddie Cochran y otra tremendaversión de "Young man blues" en este caso de Mose
Allison, además de la carga sentimental de ser la última
actuación en vida de "The Ox", que unos meses más tarde sucumbiría a
causa de su adicción a la cocaína en Las Vegas la víspera del inicio de una
nueva gira por América de "The Who".
El concierto se abre con los dos primeros hits de su carrera, un
"I can´t explain" y "Anyway, Anyhow, Anywhere" con un Pete
Townshend pletórico a la guitarra y coros como toda la noche, sonando
infinitamente más hard rockeras en vivo que sus primitiva versiones de mediados
los años sesenta. A partir de aquí 23 temas más que recorren todas sus etapas,
con predominio de su disco "Who´s next" del que suenan seis
canciones. Impresionante es la fuerza con que se enfrentan a "The real
me" del disco Quadrophenia.
Una versión del "Magic bus" plagada de armónicas, percusiones y
poderío vocal de Roger Daltrey que se prolonga por más de diez minutos. La
intensidad de que hacen gala temas en directo temas como "My wife" o
"5:15" con "el buey" John Entwistle luciéndose. Lo bien que
lo borda en el plano vocal Eddie Vedder en "Getting in tune y también en "I´m One".
La oscura de la balada "Behind blue eyes". Y clásicos
o himnos no faltan "Substitute", "The kids are
alright" o "My generation". Incluso un tema como "Baba
O´Riley" que le hemos escuchado a Pearl Jam tocar cientos de veces suena
crudo y desgarrado salvo en su parte final donde un violín le da aires más
dulzones. Hasta se incluye algún tema poco habitual de aires más psicodélicos
como ese "Mary Anne with the Shaky hand" que a pesar de ser menos
conocida no desentona entre tanto clásico.