lunes, 26 de octubre de 2020

Mindfunk



Viendo los antecedentes de los músicos que formaban la banda, la cosa no parecía pintar demasiado bien más los amantes del hard rock, con la mente abierta a los nuevos sonidos que en 1991 se estaban imponiendo. Analicemos uno por uno a los miembros del nuevo combo: el cantante Patrick Dunbar procedía de los muy hardcore, Uniform Choice. Reed St. Mark aún siendo estadounidense había sido el batería de los suizos Celtic Frost, otro de esos grupos que tenía bastantes fans y tus colegas te atormentaban en su casa con sus discos. Jason Coppola que me imagino no tiene nada que ver con el célebre director de cine había militado en los también hardcore, Chemical Waste. El bajista John Monte militó tanto en Chemical Waste como en los thrashers M.O.D dónde estaba el guitarra Louis J. Svitek que también recalaría en Mindfunk, estos últimos al menos eran graciosos en sus videos y lo mismo arrojaban a un falso Slash del escenario que tiraban al público a los presentadores.

 

Cinco músicos que en 1989 se juntaron y abrazaron lo que en aquel momento se llamaba metal alternativo donde se mezclaban distintos estilos en una paleta de sonidos multicolor: guitarrazos hard rockeros, bajos funky, delicados arreglos de guitarras acústicas. A pesar de fichar por Epic, y de la promoción el disco no vendió demasiado, comenzaron las deserciones y aunque nos dejaron dos discos más, el nivel no fue tan alto.





En cuanto al álbum diez canciones que no dan tregua desde la inicial “Sugar ain´t so sweet” con una banda que va a matar con un Pat Dunbar en estado de gracia, y  una intensidad total que se toma un respiro en ese interludio de tambores tribales y esos arreglos de guitarras que van entrando y la voz a ratos susurrante a ratos cruda de Dunbar. “Ride & drive” no baja el pistón con una batería que marca el inicio de la canción y el ritmo a la vez que las palabras parecen en ocasiones escupidas con rabia algo heredado de los pasados musicales del conjunto, me imagino. “Bring it on” es un tema con mucho Groove y un estribillo demoledor. Entre el resto de temas destacar la frenética “Big house burning” propulsada por el bajo de John Monte y con unos riffs de hard rock abrasadores. “Innocence” otro tema roquero que es un puzzle con cambios de ritmo variados  y un estribillo, con un aire a “Bang Tango”.  O la final “Touch you” otra estupenda mezcla de hard rock con unos toques funky, que  a mí me recuerda un tanto al “Dirty Frank” de Pearl Jam. El único momento de relax es la impagable balada “Sister blue” con una combinación acertada de guitarras eléctricas de blues y guitarra española, un tema que siempre me ha parecido espectacular, lo primero que escuche de la banda en la radio local de la ciudad y que me llevó de cabeza a comprar el vinilo.






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