En esta ocasión es verdad aquello que dice el refrán de: "El que tuvo retuvo" y es que a pesar de leer unas cuantas opiniones negativas sobre este disco que si el cantante no está a la altura, o que si Jake E. Lee solo brilla en algunos momentos en concreto, no puedo estar de acuerdo con ello. El ex hacha de Ozzy y de Badlands ha facturado un gran álbum en que por ponerle un pero si que es cierto que en alguna ocasión se acerca a sonidos más modernos y le resta algo de coherencia al conjunto, pero de valientes es arriesgarse y también tener en cuenta que al tener otros cuatro cantantes invitados a parte del cantante oficial obviamente la cosa resulta variada que no siempre conseguida. En este disco de regreso, el cantante es Darren James Smith (batería de Harem Scarem) y a mí sí me convence, (no es Ozzy, ni el difunto Ray Gillen pero cumple sobradamente). En el bajo está Ronnie Mancuso (guitarra de Beggars & Thieves) por tanto llevamos dos músicos que cambian su instrumento habitual por otro, y en la batería un tal Jonas Fairley que también cumple.
Más anecdótico es la colaboración puntual de Rex Brown (Pantera) o Todd Kearns (Slash) al bajo y Brent Fitz a la batería. El disco se abre con tres trallazos que dejan claro que Jake E. Lee no se ha olvidado de tocar "Deceived" abre con un riff demoledor con cierto sabor añejo a los ochenta para un tema de puro hard rock, el solo de Jake E. Lee incluso a partir del minuto 2:55 incluso tiene ciertos mimbres a música clásica y DJ Smith canta forzando la máquina al máximo. Me parece una forma espectacular de abrir el disco. Con "Shout it out" el groove lo marca ese bajo tremendo que desde el principio marca un ritmo contundente, para una canción de nuevo contundente y cruda con un estribillo casi rapeado un toque moderno que no resta un ápice de fuerza al conjunto. "Feeder" es la primera colaboración vocal externa, a cargo de Robin Zander (Cheap Trick) que se inicía con un doble bombo y la guitarra de Jake colándosenos por detrás, el amigo Robin demuestra que su voz puede sonar dura e insinuante, mientras Jake se luce en la guitarras con toques de cierto aire oriental en algunos momentos. La calma llega con el cuarto tema "Fall from the skyes" donde el cantante muestra una paleta vocal más variada, sonando entre clásico y moderno. "Wasted" es uno de los temas que más encajarían en la llamada etiqueta "heavy metal" no puede ser casi de otra forma estando en las cuerdas vocales esa leyenda llamada "Paul Dianno" quizás la canción más simple del disco con algún leve deje industrial. "Slave" comienza con un riff de guitarra casi thrash metal, el uso del doble bombo en determinados pasajes de la canción y el toque de modernidad que le confiere DJ Smith con unas voces que a mí en algún momento sobre todo al principio me recuerdan al Chris Cornell más domesticado. "Big Mouth" es uno de esos temas que rompe lo que podríamos llamar la coherencia seguida hasta ahora, es una canción cantada por Maria Brink (In this moment) un aire demasiado alternativo y como queriéndose acomodar a la voz de esta mujer hacen que sea un pequeño bajón en el álbum. "War machine" no engaña es un tema que con un inicio un tanto Doom deja claras las influencias de Black Sabbath y no sólo en la guitarras de Jake sino incluso en la forma de cantar de DJ Smith ahora sí podría decir que imitando a Ozzy, aunque los coros tienen un puntito de comercialidad .
"Redeem me" cuenta en las labores vocales con la cincuentona canadiense Sass Jordan su voz tiene un toque de blues duro, y la verdad es que la canción aunque queda resultona. El disco se cierra podríamos decir que con una excentricidad un tema de piano, cabe recordar que Jake E. Lee en su infancia se inició en el mundo de la música con el piano y esta pequeña canción instrumental es más anecdótica que otra cosa. Una pena que "American dream" solo aparezca como bonus track en las ediciones de luxe, es un tema corto pero contundente y que no desentonaría en el disco.
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