"El mapa del cielo" es el segundo de los libros de la llamada "Trilogía Victoriana" compuesta por tres novelas que se suceden en su mayoría a finales del siglo XIX y que toman como base al escritor británico H. G. Wells, claramente admirado por nuestro autor el sevillano Félix J. Parma. Hará un par de años me leí, el primer libro de esta trilogía "El mapa del tiempo" me pareció un libro excelente, tanto la ambientación de ese Londres al borde del cambio de siglo, como el argumento que era un homenaje a H.G. Wells y su máquina del tiempo eran espléndidos, de hecho no me extraña que el libro ganase el "Premio Ateneo de Sevilla 2008". Y con el excelente recuerdo de esa primera novela, esperaba esta segunda con unas expectativas muy altas, que sin embargo se han visto cumplidas. ¿Es "El mapa del cielo" un mal libro? No, pero desde mi punto de vista tiene una cualidad no precisamente destacable que es su falta de originalidad. La novela gira entorno a "La guerra de los Mundos", con lo cual casi podemos intuir que el cierre de la trilogía bien podría venir marcado por "El hombre invisible". Volviendo al libro, me sigue gustando la forma que tiene de escribir del autor, (aunque algunos lectores opinan que se excede en detalles y de ahí las setecientas páginas del libro), me gusta que halla retomado algunos de aquellos personajes que asomaron a las páginas del primer libro: el capitán Derek Schackleton, Gillian Murray o el propio Wells y señora llevándolos a una nueva dimensión en lo humano, incluso me gusta ese narrador omnisciente que se atreve a jugar con el lector e incluso en algún momento nos sorprende y descoloca. También en lo positivo lo bien documentada que está la novela sobre la época, tirando en muchas ocasiones de la ucronía más radical para situar a sus personajes H. G Wells como un "héroe a su pesar"o ese Edgar Allan Poe como intrépido y valiente marinero. El mensaje de la novela es claro y contundente reivindicar al escritor como la persona capaz de hacer soñar a los lectores y como creador de mundos que algunos siquiera son capaces de adivinar.
El libro en sí, se divide en tres partes enlazadas todas entre si y cerrando un círculo perfecto pero tramposo, lo mejor será analizar cada parte por separado. Se inicia de forma que crea adicción, Wells se reune con un autor americano que existió en realidad y que publicó unaespecie de secuela de "La guerra de los mundos", la animadversión inicial de Wells tras unas copas dará paso a una visita a los sótanos del Museo de historia de Londres, allí Wells descubrirá un platillo volante y el cuerpo de un extraterrestre y un incidente aparentemente sin importancia nos llevará directamente a la primera parte de esta novela cuya sinopsis es la perfecta descripción de lo que nos encontraremos. "Los miembros de una expedición naval a la Antártida contemplan la caída de un platillo volante. A continuación el caos y la muerte asolan la expedición". ¿Le suena a alguien?
Pues sí, la primera parte es un remake más que nada de la película de John Carpenter "La Cosa", en lugar de encontrarnos en una moderna estación metereológica y de investigación, estamos en un barco atrapado entre los hielos. Todo lo que sucede a continuación vendría a ser como el guión cinematográfico adaptándolo al año 1829, y aquí amigos hay poco lugar para la originalidad prácticamente sabemos todo lo que va a suceder. Félix J. Parma demuestra que además de la escritura conoce el mundo del cine e incluso se permite un pequeño homenaje más en este caso a"El Imperio Contrataca" segunda parte de otra mítica trilogía todo sea dicho. Pero luego como admirador de Edgar Allan Poe, tira de la ucronía y lo embarca en el "Annawan" y con este hecho mata varios pájaros de un tiro, le rinde homenaje al maestro de la novela gótica americana, y nos da una respuesta original a dos interrogantes que rodearon una de las novelas de Poe, como era posible que en su libro de "Las aventuras de Arthur Gordon Pym" el autor demostrase unos conocimientos tan amplios sobre la vida en un barco, cuando la única travesía que al parecer realizó en su vida en barco fue en su niñez y de paso ya tenemos la fuente de inspiración de la novela mencionada, con su extraño final que a tantas interpretaciones se abre. En cuanto al otro protagonista principal de esta primera parte es de nuevo un personaje real un tal Jeremiah N. Reynolds partiendo de unos hechos reales, este hombre era director de un periódico, pero lo dejó convirtiéndose en un conferenciante que preconizaba que el interior de la Tierra era hueco y finalmente en busca de su sueño embarcó rumbo a la Antártida en 1829, pero la realidad es que en ese viaje dudamos que se encontrase a bordo con Poe y menos aún con un extraterrestre. Lo que si es cierto es que al regreso de su viaje la tripulación se amotinó y lo abandono en la costa chilena junto a otro misterioso hombre del que nunca se conoció la identidad, aunque en la novela las cosas no son exactamente así se imaginan quien es el misterioso acompañante ¿no?. Quizás el aspecto más original en esta primera parte es el momento en que el autor juega con nosotros y también en forma casi diría cinematográfica elimina de un plumazo a uno de los personajes de esta primera parte, hecho trascendental en el desarrollo de toda la novela, aunque no será hasta casi el final del libro cuando adivinemos que se escondía tras toda esta maniobra de cambiar el final, retroceder unas páginas y elaborar uno nuevo.
La segunda parte tampoco hay mejor manera de describirla que con la propia sinopsis de la novela: "Emma Harlow, una huraña muchachita que aunque pretendida por lo más granado de la alta sociedad de Nueva York se considera inmune al amor, está convencida de que sólo podría enamorarse de alguien capaz de engañar al mundo como lo hizo su bisabuelo. Por eso exige a su más infatigable pretendiente, el millonario Montgomery Gilmore, un regalo muy especial para casarse con él: que haga creer al mundo que Marte está habitado, que reproduzca la invasión marciana descrita en La guerra de los mundos, la novela de H. G. Wells. Pero para Gilmore no hay nada imposible. Y los marcianos invadirán la Tierra, aunque esta vez sea por amor".
Esta segunda parte es la que más me ha gustado, cierto es que es un transplante de la novela original de H. G. Wells "La guerra de los mundos" pero al menos el reencontrarse con viejos conocidos, el desarrollo de la historia de amor entre Gilmore y Emma, la visión del propio H. G. Wells ante una realidad que parecen haber salido de su pluma o una estupenda galería de secundarios como el agente Clayton una especie de Fox Mulder del siglo XIX véase sino la narración que acompaña para describir dónde vive y el porque e incluso también el papel de "El enviado" siendo tan prepotente como para decir cual es su único temor, hacen que está segunda parte se recobre parte de la magia. Además de que sobre todo al principio de nuevo Félix J. Parma nos mantiene en ascuas se trata de una invasión real, o es obra de ese maestro del engaño antes llamado Murray, ahora Montgomery Gilmore
Y la tercera parte, amigos esa es pura ciencia ficción creo que a algunos lectores les puede irritar incluso el elemento Matrix está ahí, guste o no. Esa referencia a los humanos como pilas es toda una declaración, aunque la haga uno de los personajes de la novela al final reconociéndole todos sus defectos me termina cayendo simpático el engreído y crédulo Charles Winslow. Viendo como evolucionaba la novela y conociendo la anterior "El mapa del tiempo" todos los lectores imaginábamos que habría una vuelta de tuerca, que le daría la vuelta a todo lo leído hasta el momento y no nos equivocábamos. Un camino arriesgado ese de ser una especie de "elegido" o persona capaz de "sintonizar" con el universo, a partir de aquí y sin rebelar la trama entraríamos ya en la ciencia ficción más pura y dura con universos paralelos, viajes en el tiempo, pero no como los de la agencia Murray y un H. G. Wells como héroe involuntario, pero absoluto que no puede rehuir su cometido después de lo vivido en la segunda parte del libro.
Félix J. Parma ha conseguido ver traducida su novela a más de treinta idiomas y convertirse más fuera de nuestras fronteras que dentro de ellas en un autor de best sellers, con capacidades y calidad sólo que en está ocasión le ha fallado, no la narración, sino que en ocasiones reina la sensación de un dejà-vú y eso es un lastre. De todas maneras esperaré con ganas ese cierre de la trilogía esperando que este a la altura del estupendo "El mapa del tiempo".
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